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Sonido: su impacto


“Menos ruido, más vida. Es así de simple”.

Anónimo


El sonido nos acompaña durante toda nuestra vida; está presente, por ejemplo, en la música y en la naturaleza misma. Sin embargo, cuando este sonido dada su intensidad y/o repetición constante rebasa ciertos niveles, puede transformarse en ruido, posteriormente en contaminación acústica y finalmente en problemas que impactan diferentes áreas de nuestra salud; lo cual, elimina su encanto natural.

 

Esta contaminación y problemas de salud se presentan en diversos lugares alrededor del mundo. Hablando de nuestro país, y según el artículo “La contaminación acústica que ensordece la Ciudad de México”, del periódico El País, esta capital excede los niveles internacionales de seguridad auditiva. Se menciona que los decibeles que se soportan en algunas zonas durante horas está muy por encima de lo que establecen los organismos internacionales para gozar de una buena salud y de descanso.

 

Algo relevante en este artículo son las potenciales consecuencias derivadas de este tipo de contaminación y que probablemente alguno de nosotros hemos experimentado; entre ellos, se encuentra el desarrollo de enfermedades crónicas y del sistema nervioso (estrés, ansiedad), así como efectos en la comprensión, la memoria, la concentración, los desórdenes del sueño, la salud mental y finalmente, la sordera; esta última, considerada como potencial epidemia en el futuro.

 

Finalmente, la publicación menciona algo relevante que sucede al respecto: que contamos con legislación para proteger nuestra salud; la cual, desafortunadamente, en términos generales, no se cumple.


“El ignorar todo o casi todo sobre el sonido hace que el individuo se exponga, sin saberlo siquiera, a estímulos peligrosos para su integridad física”.

Federico Miyara, Universidad Nacional del Rosario

Documento: El sonido, la música y el ruido


¿Cómo gestionarlo?

 

Hay organizaciones alrededor del mundo que norman lo anterior; entre ellas encontramos a la Organización Mundial de la Salud, el Parlamento Europeo, y las autoridades de Salud y Cuidado Ambiental en los diferentes países.  Hablando de México y de Acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, mediante la norma NOM-081, se ha definido el nivel de ruido saludable y permitido:


TABLA 1. LÍMITES MÁXIMOS PERMISIBLES

Fuente: Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, México

ZONA

HORARIO

LÍMITE MÁXIMOPERMISIBLE dB (*)

Residencial1 (exteriores)

6:00 a 22:00

22:00 a 6:00

55

50

Industriales y comerciales

6:00 a 22:00

22:00 a 6:00

68

65

Escuelas (áreas exteriores de juego)

Durante el juego

55

Ceremonias, festivales y eventos de entretenimiento.

4 horas

100

1 Entendida por: vivienda habitacional unifamiliar y plurifamiliar; vivienda habitacional con comercio en planta baja; vivienda habitacional mixta; vivienda habitacional con oficinas; centros de barrio y zonas de servicios educativos.


(*) Para tener una referencia de los decibeles (dB) de los sonidos que vivimos a diario, podemos consultar el siguiente gráfico:



¿Un nuevo privilegio?

 

Como consecuencia de lo anterior, el silencio se está convirtiendo en un producto de lujo y un privilegio para aquellos que tienen conciencia de su importancia e impacto y aún más, para quienes pueden adquirirlo.

 

Existen ya instituciones educativas y empresas que han implementado instalaciones aisladas del ruido exterior para incrementar la productividad y/o el aprendizaje. Respecto a la prestación de servicios, hay restaurantes que ofrecen “un entorno de silencio”, al igual que proveedores de hospitalidad que han implementado “bloqueadores” de contaminación acústica externa mediante la habilitación de lo que se conoce como “ruido blanco, rosa o marrón” dentro de sus instalaciones, y que, en términos generales, son frecuencias audibles que permiten disimular el ruido que existe alrededor.

 

Una pregunta a reflexión es si llegará el momento en que contemos con restricciones como en el caso de la contaminación ambiental, mediante la privación de uso del sonido, o si continuaremos desarrollando productos con costo para poder disfrutar del derecho a la salud mediante el silencio. Probablemente sea el momento de comenzar a buscar alternativas proactivas para protegernos de los problemas que se darán derivados de este tipo de contaminación.


“Así como el aire limpio hace posible la respiración, el silencio,

en este sentido más amplio, es lo que hace posible pensar”.

Matthew B. Crawford, libro “El mundo más allá de tu cabeza”


Llamado a la acción

 

El pensamiento (analítico, sistémico, crítico y creativo) es uno de los activos que más valor tendrán en la época que estamos viviendo, el silencio es un gran habilitador para potenciarlo y para gozar de una salud individual y pública en forma integral.

 

En un momento en que la sociedad clama por ejercer sus derechos, es importante conocer la necesidad de reforzar el derecho a la salud, el impacto que tienen los sonidos y el ruido que emitimos en nuestro entorno, la normatividad al respecto, así como las reglas cívicas y sociales de convivencia básicas; y con base en esto poder decidir cómo deseamos contribuir con nuestro presente y nuestro futuro.



Elena Salazar - CNEC Comunicación

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