Por: María Elena Salazar*
¿Dónde nos encontramos?
Nos encontramos en un período atípico debido a la pandemia y a la situación socioeconómica a nivel global que está afectando a nuestro país; de acuerdo con informes de instituciones como el Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), México mostrará una ligera recuperación a finales de 2021 comparado con el año anterior, por supuesto sujeto a ciertas premisas que deben cumplirse, como una vacunación eficiente y que la economía de América del Norte no sufra una desaceleración; sin embargo, los dos siguientes se reducirá su crecimiento. Adicionalmente, seguimos dando la bienvenida a nuevas formas ejercer la economía, el conocimiento y el diario vivir de la sociedad, con la tecnología y el desplazamiento de la mano de obra humana como estandarte; pero con el surgimiento de nuevas carrera y profesiones a las cuales poco a poco debemos ir adaptándonos y descubriendo.
¿Cuáles son las prioridades a seguir?
La prioridad número uno es el proveer a la sociedad con herramientas para esta reactivación, por medio de instancias económicas, gobierno, instituciones educativas y los diferentes foros sociales existentes en nuestro entorno, esto para generar el valor público o beneficio a la sociedad que se traduce en arranque de nuestro motor productivo. El mundo corporativo, académico y político debemos forjar un rumbo único y caminar con base en valores compartidos.
Respecto a los pasos a seguir, me gustaría referirme al Reporte Global de Competitividad 2020 del Foro Económico Mundial, que sugiere prioridades para los próximos cinco años, dentro de los cuales, en los dos primeros se encuentran:
Un entorno propicio en donde el gobierno incremente la capacidad de pensamiento a largo plazo, servicios públicos con mayor digitalización y recuperación paulatina de la confianza social.
Llevar al capital humano, mediante la transición gradual hacia nuevas oportunidades laborales, programas de reciclaje y mejora de competencia; así como reconsideración de las políticas activas del mercado laboral. Por otro lado, ampliar la capacidad del sistema de salud para manejar la doble carga de la pandemia actual y las necesidades de atención médica futuras.
En cuanto a Mercados, introducir incentivos financieros para que las empresas se involucren en inversiones sostenibles e inclusivas. Los países deben lograr un equilibrio entre las medidas continuas para apoyar a las empresas, así como sentar las bases para equilibrar mejor el movimiento internacional de bienes y personas con foco en prosperidad local y resiliencia local estratégica en las cadenas de suministro.
Por último, reforzar los ecosistemas de innovación, mediante la ampliación de inversiones públicas en Investigación y Desarrollo, difusión de las tecnologías existentes que apoyan la creación de nuevas empresas y empleos en el mercado del mañana.
¿Qué papel juega la ética en la reactivación económica?
La ética social nos recuerda el compromiso del deber ser; esto es, recordar la importancia de la adecuada interacción entre los diferentes grupos sociales: que no funcionan de manera independiente; tienen un objetivo que es el valor público o beneficio para la sociedad.
En México estamos viviendo una adaptación a las condiciones actuales, que seguramente accionará de manera positiva en beneficio de los ciudadanos. Debemos reforzar nuestras interacciones sociales rumbo a la reactivación económica, esto mediante las acciones que han surgido en este difícil tiempo, por ejemplo: el autoempleo derivado de esta pandemia y que genera importantes cifras diarias, como las “nenis”, mujeres emprendedoras que aportan grandes cantidades a nuestro engranaje económico, la gran cantidad de empresas con programas de apoyo para el fortalecimiento productivo, individuos con propuestas de plataformas digitales, programas y proyectos de inclusión económica y social. Otro punto esencial es el mantenernos informarnos de las oportunidades y apoyos económicos, becas, empleos en diferentes ámbitos y nuevas formas de reiniciar ese, nuestro motor económico.
Algunas conclusiones
Reactivar es una acción que se vuelve el centro de nuestra prioridad para los próximos dos años; y la confianza es el hilo conector de esta acción. La ética social también debe renovarse y crecer cada día más. Para concluir, cito a Fernando Savater, profesor de filosofía y escritor español, quien en su legado nos llama a recordar que la ética no es más que el intento racional de averiguar cómo vivir mejor, y eso, el averiguar cómo vivir mejor, es un gran comienzo.
Fuentes:
*Consultora especializada en Transformación y Alineación Estratégica de Procesos. Ha participado en proyectos de alta complejidad en diversas industrias del sector privado en México, Norte, Centro y Sudamérica, Asimismo, se ha desempeñado como consultora en la Administración Pública Mexicana. Ha escrito para publicaciones en México y EU relacionadas con transformación, liderazgo y responsabilidad social. Tiene también experiencia como profesora universitaria.