LA CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL, UNA OPORTUNIDAD

Por - CNEC
28-04-20 12:18
Columna Invitada
Publicada en El Heraldo de México
28 de abril 2020


La pandemia del COVID-19 está cambiando a todas las industrias en formas que muchos no habíamos concebido: el edificio en el que trabajamos, el espacio de trabajo, la interacción con nuestro equipo de trabajo y la tecnología que utilizamos. Los clientes, proveedores, empleados y hasta los gobiernos tendrán que reinventarse para lograr sus objetivos. Ahí es en donde participamos los consultores de forma vanguardista: en el diagnóstico de la nueva realidad para la transformación de estrategias, estructuras, planes y proyectos que contribuyan al crecimiento de las empresas.


La rápida propagación del coronavirus ha afectado las perspectivas de crecimiento de la economía mundial en una forma no vista desde hace un siglo y ha conducido a un deterioro en las condiciones financieras internacionales, con impactos relevantes en el ingreso global.


Ya sea que la pandemia sea controlada en un mes, seis meses o un año, la forma de trabajar en equipo, divertirse en grupo, convivir en familia, o con nuevos conocidos ha cambiado radicalmente. Esto tendrá un impacto en la infraestructura que utilizamos para transporte por tierra, aire y mar, en los espacios públicos en los que vivimos, trabajamos y convivimos, y hasta en centros de salud. Los aeropuertos, puertos, carreteras, hospitales, escuelas y casi todos los servicios públicos cambiarán.


La buena noticia es que habrá liquidez para financiar todos esos cambios en la infraestructura actual. Desde hace 10 años, las tasas de interés en EU y en Europa han bajado de forma consistente desde 4 hasta 1 por ciento. Con la crisis económica resultado de la propagación de la pandemia, las tasas de interés se acercan a cero por ciento. Esto quiere decir que a un proyecto de inversión con un retorno de capital de 8 por ciento, al incluir 70 u 80 por ciento de deuda, casi duplicará el retorno sobre el capital, es decir, ofrecerá retornos de más de 14 por ciento.


En México, las circunstancias afectan las previsiones sobre el crecimiento y la inflación. Los pronósticos del mercado plantean una caída de entre 4 y 8 por ciento, los peores registros en la historia del país, a lo que se aúna, al igual que en otras economías, la caída de los precios del petróleo, la fortaleza del dólar y la volatilidad de otras monedas y la crisis de la economía mundial.

Para el sector infraestructura, el actual reto no tiene precedentes. La industria de la construcción ha caído 20 por ciento desde los resultados del primer trimestre de 2019 y probablemente una reducción hasta de 40 por ciento para el segundo trimestre del 2020.


El Banco de México adelantó a mediados del mes pasado la decisión de reducir 50 puntos base la tasa de referencia, de 7 a 6.5 por ciento, la más baja desde hace dos años, así como adoptar otras medidas para proveer de liquidez al mercado y estimamos que dicha tasa continuará su reducción para mejorar el funcionamiento de los mercados financieros.


Al disminuir el costo del dinero (intereses), los créditos serán más accesibles y será posible aumentar el consumo y la inversión. La meta es que se trate de créditos de largo plazo en proyectos de infraestructura y no en corto plazo con rendimientos inmediatos, pero imperceptibles para el país cede. Si los proyectos de infraestructura pueden acceder a más créditos, habrá más siempre y cuando el gobierno brinde certidumbre a la inversión. Además, si lleva a cabo políticas anticíclicas con estímulos a la inversión, puede acelerar los planes de inversión del sector privado.


Para ejecutar nuevos proyectos de infraestructura debemos mantener al capital humano que pueda prepararlos. Por ello, en días recientes solicitamos a dependencias y entidades de los tres niveles de gobierno ayuden a empresas de consultoría a hacer frente la crisis a través del pago urgente de las estimaciones vencidas que se tengan con los prestadores de servicios relacionados con obra pública, para que puedan cumplir con el pago de sueldos. También hicimos un llamado a la banca de desarrollo (Banobras, Nafin y Bancomext), para acelerar el otorgamiento de las líneas de crédito que ofreció la SHCP, para que las empresas que prestan servicios de obra pública y servicios de consultoría puedan allegarse, ya sea vía factoraje o créditos para capital de trabajo, de recursos indispensables para cumplir con el pago de sueldos a su personal y de insumos básicos de trabajo; y al SAT, IMSS, Infonavit y a tesorerías locales, solicitamos pagar, mediante diferimiento parcial por algunos meses, algunos impuestos federales y locales, hasta en tanto se retome la normalidad.


El actual desafío a nivel mundial plantea enormes retos en los años por venir que requieren de medidas contracíclicas urgentes. Por ello, es fundamental la preparación de proyectos de infraestructura de consultores, quienes podemos aportar conocimiento y experiencia para la preparación de los planes necesarios, no solo con una visión a corto plazo, sino con una perspectiva a 20, 30 o 50 años.


Con el absoluto compromiso y responsabilidad de nuestras empresas afiliadas, buscamos contribuir con autoridades de los tres niveles de gobierno y con los clientes de la consultoría a reactivar la actividad económica una vez que se haya logrado la contención del coronavirus en nuestro país. Es el momento perfecto para planear el futuro. Como nunca antes, tenemos el tiempo para planear y pensar en ejecutar adecuadamente. Si esperamos a cuando se reactive la economía, habremos perdido tiempo valioso y tendremos que asumir los costos de oportunidad de no haberlo hecho a tiempo.


Por Marco Gutiérrez, Presidente de la Cámara Nacional de Empresas de Consultoría (CNEC)

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