ÉTICA Y RESPONSABILIDAD SOCIAL

Por - CNEC
14-10-19 12:31

Cotidianidad: la pausa...

María Elena Salazar. Consultora especializada en Transformación y Alineación Estratégica. Ha participado en proyectos de alta complejidad en diversas industrias del sector privado en México, Norte, Centro y Sudamérica. Asimismo, se ha desempeñado como consultora en la administración pública mexicana. Ha escrito para publicaciones en México y EU relacionadas con transformación, liderazgo y responsabilidad social. Tiene también experiencia como profesora universitaria.

 

Escucha, serás sabio.

Pitágoras

 

Millones de likes, hashtags, información a raudales que cada día llega con mayor velocidad, así como la creciente presión por sobresalir o sumergirnos en la vanguardista tendencia de la tecnología y la alta competencia actual, pueden hacer de nuestros días experiencias agotadoras.

El poder caminar a la velocidad que la cotidianidad nos marca, nos demanda hacer de vez en cuando un alto en el camino para depurar, renovar nuestros activos personales en todas sus dimensiones, además de hacer un détox de lo que pueda estar nublando nuestra ruta personal de vida. Lo anterior está considerado por los especialistas dentro de los cuidados fundamentales de nuestra salud, condición que todos debemos conocer en su real significado.

Hablando de salud, y lejos de constituir solamente alguna postura filosófica, la Organización Mundial de la Salud, en el preámbulo de su constitución, la establece como: “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Lo anterior no es nada nuevo, sino que se encuentra establecido desde hace ya 71 años. Sin duda, es momento de profundizar sobre este tema.

Es por eso que es imperante y de oportuna utilidad poner manos a la obra, cuando las estadísticas nos indican que gran parte de las sociedades se encuentra en un desbalance que trae como consecuencia alteraciones físicas, mentales y sociales como el estrés excesivo, la depresión o la ansiedad en los individuos y, por ende, en la salud de todos los grupos sociales y laborales en que participan.

 

Encontrando el balance

Sin duda, esta es una tarea compartida que comienza desde el individuo; es decir, en cada uno de nosotros. Nos corresponde por tanto trabajar en introspección para identificar el détox que requerimos y así caminar con mayor fidelidad respecto a nuestra esencia personal. Actualmente contamos con diferentes ayudas para colaborar en esta labor; por ejemplo, en Francia, la ley El Khomri establece dentro de sus lineamientos, a partir de 2017, el “derecho a la desconexión”, dictando directrices para que los trabajadores estén libres, entre otras cosas, de responder correos o mensajes electrónicos fuera de los horarios de trabajo, así como el derecho de contar con verdaderos espacios de descanso en su vida.

Otro ejemplo muy cercano lo tenemos en nuestro país, México. La recientemente surgida Norma 035 de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, cuyo objetivo se centra en la identificación y prevención de riesgos psicosociales que pudieran colaborar al padecimiento mental de los trabajadores, busca contribuir fomentando entornos organizacionales favorables.

Sin duda, esta normatividad es un útil contribuyente a nuestro crecimiento y salud; sin embargo, es importante mencionar que el sólo mirarla como una norma o recomendación oficial a cumplir, puede constituir un riesgo en el verdadero propósito de nuestra sanidad personal. Es por eso que tenemos esta tarea adicional como individuos: el discernir el verdadero significado e impacto de nuestra salud en todos los aspectos de la existencia, así como mirar hacia adentro de nosotros mismos, escucharnos haciendo realidad ese momento de desconexión y, una vez concluido un honesto proceso interior, depurar lo que debamos depurar y reflejar en nuestro exterior esa vitalidad que solamente el balance personal permite mostrar.

Por supuesto, hay que tener muy en cuenta que esos momentos no son un privilegio o un lujo, sino un elemento básico de cuidado.

 

Más allá de una moda

La atmósfera en donde todos nos desenvolvemos y el ánimo social, son responsabilidad de cada uno de nosotros. Nos corresponde decidir entre construir un ambiente sano o, como en el caso de la “teoría de las ventanas rotas”, abandonarnos ante un ambiente que puede comenzar a deteriorarse a una velocidad sorprendente.

Adicional al obligado cumplimiento de normas, el autoconocimiento y el autocuidado nos permiten, de forma natural, cumplir con un protocolo social que ahora se ve como necesario, pero que en realidad siempre se ha requerido, con una fácil pero trascendente forma de seguirlo. Asegurémonos entonces –y sinceramente- de lograr nuestro bienestar físico, mental y emocional, tomando real conciencia de nuestras capacidades interiores, trabajando de forma productiva, teniendo una vida fructífera en todos aspectos y contribuir, por ende, a nuestro entorno y a nuestros círculos de influencia.

Recordemos esos espacios y momentos de silencio, esparcimiento y desconexión, que nos permitirán optimizar nuestros procesos mentales, emocionales y biológicos; además de permitirnos reencontrarnos con nosotros mismos y recordar, en caso de haberlo olvidado, nuestra verdadera identidad hacia el cumplimiento del mayor de nuestros entregables: el propósito de vida.

 

Evitemos por tanto que la cotidianidad nos distraiga de lo realmente importante y preponderante. Escuchemos lo que nuestro interior tiene que decir. El resto se alineará como consecuencia.


CNEC





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