INTELIGENCIA EMOCIONAL: ACCIONES CONCRETAS

Por - CNEC
27-01-21 17:46

Por Ma. Elena Salazar*


“Las ideas sin acción no tienen valor”

Harvey Mackay


Estamos en un tiempo en que debemos asimilar y adaptarnos a circunstancias atípicas en forma ágil y continua. La actual crisis sanitaria y económica, así como su impacto en nuestra vida personal, hacen urgente reforzar nuestra estructura emocional, ya que es parte importante del motor humano.  Las tendencias especializadas muestran un incremento en problemas de salud emocional, así como en desequilibrios y trastornos; y es nuestra responsabilidad actuar para desafiar esas tendencias.


Para hacerlo hay diversas teorías y modelos; sin embargo, es la practicidad y la aplicación inmediata las que importan ahora. El gestionar nuestro potencial personal, dentro del cual se encuentra la inteligencia emocional, se convierte en una actividad individual e improrrogable. 


Comprendiendo el concepto


De acuerdo con diversos estudiosos del tema, las emociones son impulsos naturales dentro de nosotros, que tienen reacción automática y mediante los cuales respondemos de determinada manera ante un estímulo, ya sea externo (cosas que percibimos, vemos o escuchamos) o interno (recuerdos o pensamientos que tenemos, por ejemplo).  A su vez, podemos referirnos a los sentimientos como emociones conceptualizadas.


Daniel Goleman, uno de los principales exponentes en la materia, define a la inteligencia emocional como la canalización de esos impulsos para reconocerlos, entenderlos para motivarnos; así como utilizarlos para manejar adecuadamente nuestras interacciones personales (ahora también virtuales y/o digitales).  Hablando en forma sucinta, se traduce en: conciencia, autocontrol emocional, comportamiento ante situaciones estresantes y refuerzo de nuestras competencias de interacción social. 


Aunque el término “inteligencia emocional” se popularizó el siglo pasado, específicamente en los años 90´s; sus componentes son valores difundidos desde siglos atrás, y nos recuerdan que la respuesta a muchas de las acciones para la subsistencia y desarrollo del ser humano se encuentran dentro de nosotros. 


Su reforzamiento se hace imprescindible hoy, ya que el sedentarismo, aislamiento y otras situaciones derivadas de la pandemia, así como la situación económica y social, han elevado el estrés mental y desgaste emocional de gran parte de la población. 


Puesta en práctica


De acuerdo con el documento “Cómo liderar con inteligencia emocional en tiempo de Covid-19”, expertos de Johns Hopkings, Escuela de Salud Pública de Bloomberg, las siguientes prácticas pueden contribuir en forma importante a incrementar nuestra inteligencia emocional y, en consecuencia, algunos aspectos de nuestra salud integral:


  1. Conciencia emocional: Intentar dedicar 60 segundos a escribir o reflexionar lo que se piensa y siente al iniciar y finalizar el día. 


  1. Empatía: Al momento de interactuar, ponernos en los “zapatos” de la otra persona; cuidar lo que se dice y cómo se dice, incluyendo gesticulación y tono.

 

  1. Etiquetar el miedo (propios y de tu círculo de influencia). Es una técnica probada psicológicamente que nos ayuda a incrementar nuestra conciencia. 


  1. Ser real. Compartir preocupaciones, inquietudes y pensamientos en común. Mencionan la importancia de que nosotros y nuestro círculo de influencia escuchemos las formas específicas en que estamos juntos durante este trance.


  1. Cuidado personal. Tomarnos un tiempo cada día para hacer algo que nos brinde felicidad.  Documentan que hacerlo en forma regular, reconfigura el cerebro y conduce a una mayor productividad y reducción del estrés.


  1. Cuidado en los pensamientos. Son insumos de nuestra inteligencia emocional y tienen gran impacto en nuestras emociones, comportamiento y productividad. Afirman que esta práctica puede traer, incluso, cambios en a nivel neuroquímico.


En cuanto a los beneficios relacionados con nuestra productividad, refieren que la inteligencia emocional representa casi el 90% de lo que distingue a las personas de alto desempeño de otras con habilidades y conocimientos técnicos similares.


Personalmente, considero que hay acciones relacionadas con nuestra inteligencia emocional que nos permitirán llegar a una salud integral, que han sido sugeridas a lo largo de la historia y son cuestiones básicas como: dormir lo suficiente, tener una alimentación saludable, tomar tiempo para relajarnos, desconectarnos de vez en cuando de las noticias y la tecnología, en lo posible tener contacto con la naturaleza, pasar tiempo (incluso en forma virtual) con seres queridos, entre otros.


La elección


Por obscuro que sea el panorama, nos corresponde atravesarlo. La fortaleza que requerimos está ligada en parte importante al conocimiento y aplicación de la inteligencia emocional, que tiene efectos en nuestra salud física, salud emocional y productividad. Transitar por estos tiempos difíciles con la mayor de las conciencias posibles, nos ayudará a reducir el impacto a nuestra persona y sociedad. Tenemos los elementos para lograrlo, pongámoslo en práctica.


*Consultora especializada en Transformación y Alineación Estratégica de Procesos. Ha participado en proyectos de alta complejidad en diversas industrias del sector privado en México, Norte, Centro y Sudamérica, Asimismo, se ha desempeñado como consultora en la Administración Pública Mexicana. Ha escrito para publicaciones en México y EU relacionadas con transformación, liderazgo y responsabilidad social. Tiene también experiencia como profesora universitaria.

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