INFRAESTRUCTURA EN MERCADOS EMERGENTES, ¿OPORTUNIDAD TRAS LA PANDEMIA?

Por - CNEC
22-06-20 18:48

De acuerdo con un estudio del Swiss Re Institute, los mercados emergentes invertirán 2.2 billones de dólares en infraestructura anualmente en los próximos 20 años. Los inversionistas harán bien si analizan la nueva realidad teniendo en cuenta este factor.

Por: José Antonio Rivera

Publicado en El Economista, 20 de junio de 2013204287

Crédito de foto: Pinterest El Economista


La inversión en el desarrollo de infraestructura será uno de los principales generadores de crecimiento en los mercados emergentes tras la crisis de la Covid-19. Así lo explica el más reciente informe sigma del Swiss Re Institute.


De acuerdo con el estudio, los mercados emergentes invertirán 2.2 billones de dólares en infraestructura anualmente en los próximos 20 años. “Esta cantidad es equivalente a 3.9% de su Producto Interior Bruto (PIB)”, afirma.


Sectores como los relacionados con energía, en particular las renovables; la infraestructura inteligente y resiliente, y la construcción de instalaciones sanitarias atraerían inversiones de una gran magnitud en el contexto post crisis.

Por ello, los inversionistas del mercado mexicano harán bien si analizan la nueva realidad teniendo en cuenta este factor: Las fases de construcción y operación de los proyectos de infraestructura generarán nueva demanda.


Construcción

La pandemia desencadenó una serie de caídas en la demanda de productos y servicios no básicos. Los confinamientos mermaron el desarrollo de industrias completas, disminuyendo su productividad e ingresos en el periodo.


Sin embargo, a pocos días de la reapertura económica y la implementación de esta “nueva normalidad”, en nuestro país se declaró al sector de la construcción una actividad esencial para la recuperación de la economía.


“Esta condición augura una serie de medidas de apoyo por parte del gobierno federal para la edificación de nuevas obras que favorezcan el desarrollo de la economía”, explicó en un reporte especial Marlin Investment Group.


El gobierno federal considera una inversión de $859,022 millones de pesos, como parte de su Plan Nacional de Infraestructura. Este monto se destinará al desarrollo de 147 proyectos en cuatro regiones del país 


“En la iniciativa del Plan Nacional de Infraestructura el gobierno de México considera una coadyuvancia con la iniciativa privada, siendo un aliciente para que el sector en su conjunto se recupere”, explican los analistas de Marlin.


En este contexto, habría dos emisoras que se verían beneficiadas: Promotora y Operadora de Infraestructura (PINFRA), con 22 posibles proyectos carreteros, y el gigante CEMEX, que provee materias primas a la industria.


Las acciones de PINFRA comenzaron el año con un precio de 193.54 pesos por títulos. En su peor momento durante la crisis cayeron a 144.38 pesos el 3 de abril, contra un máximo de 208.91 pesos en 2020. Hoy cotizan en 162.64 pesos.


Las acciones de CEMEX comenzaron el año con un precio de 7.08 pesos por papel y en su peor nivel del año cayeron a 4.21 pesos, también el 3 de abril, frente a un máximo de 8.07 pesos este año. Actualmente cotizan en 6.36 pesos.


El departamento de Inteligencia Financiera de Marlin también destacó que el rally bajista que el Banco de México (Banxico) ha aplicado a la tasa de interés incentiva a las empresas a que busquen expandir su catálogo de activos, con créditos a una menor tasa.


El sector de la construcción en México representa cerca de 7% del PIB. Es una industria detonadora de inversión pública y privada, generadora de empleos directos e indirectos y beneficia al menos a 66 ramas del sector industrial.

Infraestructura energética


Las compañías del sector de la construcción no serán las únicas beneficiadas con esta nueva realidad. La infraestructura compleja y otros factores que conlleva el sector también abrirán nuevas oportunidades de inversión.


El Swiss Re Institute explica que, de acuerdo con las tendencias de gasto y previsiones de crecimiento económico actuales, la mayor parte de la inversión (34%) entre los  mercados emergentes se destinará a infraestructura energética.


En este rubro, explica el informe, los proyectos para la generación de energías renovables recibirán atención especial, debido a que los países aumentan sus esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.


“Se calcula que China invertirá 1.2 billones de dólares (4.8% del PIB) al año, que es 35% de la inversión global en infraestructura y 54% de la inversión total en infraestructura de los mercados emergentes”, destaca.


India sería el segundo mayor mercado de inversión en infraestructura, con alrededor de 8% del gasto total de los mercados emergentes. En la región de América Latina, se estima que la inversión será de 2.3% del PIB.


Entre las compañías especializadas en infraestructura energética en el país, IEnova, que también cotiza en las Bolsa Mexicana de Valores (BMV), desarrolló y opera el parque eólico Energía Sierra Juárez, de energía renovable.


Las acciones de IEnova comenzaron 2020 con un precio de 88.93 pesos y cayeron en su mínimo del año a 55.85 pesos el 20 de mayo, frente al máximo de 91.23 pesos de 2020. Hoy cotizan en 64.54 pesos por acción.

Aseguradoras, en el largo plazo

En los mercados emergentes se ha confiado tradicionalmente en la financiación pública para las necesidades de infraestructura, pero con los presupuestos gubernamentales bajo presión, se requerirá del sector privado.


El Swiss Re Institute destaca que las asociaciones público-privadas desempeñarán un papel más importante y serán necesarias más soluciones de transferencia de riesgos, integradas en instrumentos de emisión de deuda.


“El sector de infraestructura en mercados emergentes presenta una oportunidad de 920,000 millones de dólares para inversionistas de largo plazo, entre ellos las aseguradoras globales, que pueden respaldar más el crecimiento”, afirma.


El informe destaca que un factor clave entre los mercados emergentes en los próximos 20 años será la capacidad para comprometerse con políticas que propicien marcos favorables al mercado para convertir la infraestructura en una clase de activo comercializable.


“Los mercados que adopten estas directrices serán capaces de atraer con mayor facilidad inversiones en infraestructura (y de otro tipo) también de inversionistas extranjeros, y como consecuencia, generarán un crecimiento económico más robusto”, destacó.


*Este texto es meramente informativo y en ninguna circunstancia representa un consejo de inversión por parte de El Economista, el autor o sus fuentes.


La CNEC incluye este artículo por abordar un tema de interés para las empresas consultoras y no representa en modo alguno el punto de vista de los consultores organizados del país


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