EPIGENÉTICA: SU RELACIÓN CON LA PRODUCTIVIDAD

Por - CNEC
12-03-21 13:06

Por: María Elena Salazar*


“Lo obvio suele pasar desapercibido, 

precisamente por obvio”.

Jacques Lacan



Como facilitadores del conocimiento, líderes de proyectos, coordinadores de grupos de trabajo o mentores de personas, es importante que estemos al tanto de noticias acerca de los diferentes rubros que impactan la productividad. Los procesos de transformación que se están dando en la mayoría de las organizaciones deberían estar acompañados intrínsecamente por programas de apoyo dirigidos a las personas que las conforman, asegurando que estos programas tengan sentido y valor agregado. Los anunciados cambios sociales, económicos, geopolíticos y biológicos que traería el antropoceno se van convirtiendo en realidad, y tarde o temprano deberán hacer sinergia con nuestros enfoques de trabajo. Es por lo anterior, que considero importante continuar compartiendo temas que forman los cimientos para el bienestar y resultados nuestros, de nuestros colaboradores y en general, de nuestros ecosistemas productivos. 


En el campo biológico, y de acuerdo con la investigación contenida en la obra “La cuarta revolución industrial” de Klaus Schwab (publicada hace 5 años y vigente en mi opinión, por los siguientes 30), se menciona a la epigenética, el campo de la biología que permite entender que el medio ambiente se encuentra modificando la expresión de nuestros genes, nos llama a entender la forma en que éstos responden de mejor manera al medio ambiente en transformación y nos da recomendaciones a seguir. Este campo de estudio potencializa tres temas que en el pasado pudieran haber sido una obvia pero valiosa recomendación y que hoy se convierten en elementos que nos ayudará a enfrentar los altos niveles de estrés que esta era trae; esos elementos son: la nutrición, el descanso y la actividad física. Es una realidad que la “fatiga pandémica” y los cambios durante las décadas venideras generarán reacciones físicas que debemos mitigar para ser funcionales en todos los aspectos de nuestra vida.


Resolviendo el galimatías


El cuidado físico y la salud son la maquinaria tangible para nuestro recorrido como personas y como organizaciones. Detrás de esta obvia frase, hay un significado trascendente: la inteligencia física, como la ha definido el Centro de la Cuarta Revolución Industrial, es la tercera de las cuatro inteligencias clave para afrontar esta era, incluye esos elementos y es la herramienta o vehículo por medio del cual lo que observamos, discernimos, pensamos y sentimos, se convierte en materia; y a su vez, es un insumo para asegurar la calidad de pensamientos, sensaciones y acciones. Lo anterior crea un ciclo que redunda en balance, rendimiento laboral y éxito personal.


La inteligencia física debe darse por hecho en nuestra vida y, por ende, en los programas organizacionales que creamos o lideramos, buscando productividad. En ambos casos, hay diferentes alternativas a nuestro alcance: gadgets, apps, tecnología y tradición. En ese sentido, me permito recordar que somos (probablemente de las últimas) una generación que todavía contamos con recursos naturales gratuitos para aprovechar y optimizar nuestro funcionamiento físico; como ejemplo, la nutrición natural que nos provee el sol y una caminata en la naturaleza, son dos acciones simples y contundentes que probablemente en el futuro se convertirán en un lujo. 


Pareciera que las obvias recomendaciones de cuidado físico hechas durante el pasado hubieran representado la antesala para la aplicación de ellas en esta impactante era. De acuerdo con el Centro de los Objetivos del Desarrollo Sostenible para América Latina, las dietas poco saludables representan un muy alto riesgo para la morbilidad y la mortalidad, y refiere a los trabajos que la Comisión EAT-Lancet y decenas de científicos líderes de 16 países realizan en la búsqueda de objetivos científicos mundiales para dietas saludables y la producción sostenible de alimentos.


En cuanto a los dos elementos restantes, en forma sucinta puedo afirmar que nuestro organismo es una maquinaria muy precisa que, como todo equipo, requiere desconexiones, o descanso, para reparar cualquier desbalance existente y asegurar productividad. En cuanto a la actividad física, y reiterado por expertos, esta es un importante mitigador de riesgos de enfermedades degenerativas. No es necesario llegar a ser atletas de alto desempeño; una disciplina y constancia en el cuidado de nuestro cuerpo, nos asegurará un mantenimiento adecuado. 


Nuestra aportación


Pensemos constantemente en nuestra inteligencia física, así como en el racional y sus impactos al desarrollar algún programa de salud y/o bienestar personal u organizacional; que, por sencillo que este sea, si contiene elementos clave, será exitoso porque daremos pasos firmes. Probablemente no siempre es posible implementar programas complejos de este tipo; sin embargo, sí podemos influenciar mediante nuestra conducta y decisiones, y generar un efecto multiplicador, buscando contribuir en los resultados de la salud de nuestra sociedad presente y futura.


*Consultora especializada en Transformación y Alineación Estratégica de Procesos. Ha participado en proyectos de alta complejidad en diversas industrias del sector privado en México, Norte, Centro y Sudamérica, Asimismo, se ha desempeñado como consultora en la Administración Pública Mexicana. Ha escrito para publicaciones en México y EU relacionadas con transformación, liderazgo y responsabilidad social. Tiene también experiencia como profesora universitaria.


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