Cielo nocturno: la otra mirada

Por - CNEC
22-03-23 10:43
“Observa profundamente la naturaleza y entonces lo entenderás todo mejor”
Albert Eistein

El hablar de la luz nocturna natural nos permite recordar la sincronía que esta tiene con los hábitats de nuestro planeta; así como su impacto en la existencia de las especies que lo habitan; incluyendo, por supuesto, al ser humano.

Adicionalmente, la luz natural nocturna es el campo de estudio para científicos que analizan nuestro universo y los fenómenos naturales que se desarrollan en él. Por último, es un espectáculo para todo aquél que aprecie una noche estrellada y la posibilidad de observar ese espacio exterior llamado vía láctea que es nuestro “hogar”.

De acuerdo con investigaciones del Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales de EUA, de la luz natural emitida en el día y en la noche dependen los ritmos circadianos o cambios físicos, mentales y conductuales que los seres humanos y otras especies animales, plantas y microbios seguimos en secuencia natural a lo largo de las 24 horas.

Hablando específicamente de la luz nocturna natural, para el ser humano significa un facilitador del proceso de descanso; y de acuerdo con especialistas, el tiempo donde se desenvuelven hormonas, transmisiones neuronales y otras importantes funciones. No está de más mencionar que para algunas especies, como ciertas aves e insectos representa una guía y brújula para su migración y sobrevivencia.

Sin embargo…

Lo anterior ha sufrido una disrupción, siendo impactado en forma negativa por un tipo de contaminación que ha creado el ser humano y que, de acuerdo con datos del Foro Económico Mundial y de la Asociación Internacional de Cielo Oscuro (International Dark Sky Association), ha crecido más de 49% en 25 años, sigue al alza, es uno de los temas más críticos a nivel científico en el mundo y afecta aproximadamente al 80% de la población del planeta. Hablamos de la contaminación lumínica.

La contaminación lumínica, es “la luz generada por la actividad humana que dificulta ver cosas en el cielo por la noche, y cuyo impacto es mucho mayor que el hecho de bloquear el poder ver las estrellas” Foro Económico Mundial

Esta contaminación es creada por la luz artificial en exceso o desperdiciada y cuando es luz exterior, por la forma incorrecta en que está dirigida esa luz, ya que muchas veces proyecta hacia el cielo, causando un efecto de reflejo que forma una pantalla o “techo” que entre otras cosas no nos permite ver lo que realmente es el cielo nocturno.



Además de privarnos de ver las estrellas, de acuerdo con la Asociación Internacional de Cielo Oscuro (International Dark Sky Association), esta contaminación provoca daños a la vida de fauna silvestre y sus ecosistemas (por ejemplo grandes cantidades de aves que pierden su ruta al confundir las luces artificiales con la natural que las guía, aves e insectos que llegan a las ciudades y mueren al no saber interactuar en estos lugares, etc.); un alto gasto en energía; así como un aumento de riesgos en la salud humana relacionados con depresión, trastornos de sueño, diabetes y otros.

“Mirando las imágenes de la Estación Espacial Internacional del hemisferio nocturno de la Tierra, las personas se quedan maravilladas con la belleza de las luces de la ciudad. No se dan cuenta de que son imágenes de la contaminación”
Fabio Falchi, investigador del Istituto di Scienza e Tecnologia dell’Inquinamento Luminoso (Italia)

Algunas acciones

Existen esfuerzos en diferentes países enfocados a cuidar nuestro cielo nocturno natural. Por ejemplo, por medio del proyecto Night Light, algunos países de la Unión Europea trabajan en la protección del cielo nocturno, la naturaleza y la biodiversidad. En Australia se han publicado guías para evaluar e implementar acciones al respecto. En México, existen reformas a la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente que nos dan pautas para contribuir; entre ellas está el promover la eficiencia energética, preservar en lo posible las condiciones naturales sin menoscabo de nuestra seguridad, cuidar el entorno de observatorios astronómicos que trabajan desde el espectro visible, reducir intrusión lumínica en zonas diferentes a las que se debe iluminar, etc.

Adicionalmente, hay programas de sensibilización a nivel mundial, como el establecimiento de la semana internacional del cielo oscuro que tiene lugar del 31 de marzo al 7 de abril.

¿Dónde están las estrellas?

De acuerdo con el artículo “Contaminación lumínica” de El País, esta generación será recordada como “la que dejó de ver las estrellas”; de hecho, algunos de nuestros niños y jóvenes nunca han visto ni verán una en su vida… El avance de la humanidad ha modificado algunos componentes de la maravillosa sincronía natural, causando síntomas que estamos intentando mitigar; y de los cuales es importante conocer causas raíz para tomar decisiones más certeras en temas de responsabilidad social.

Reencontremos el cielo nocturno real, contribuyamos con la vida y recordemos algo de lo que Carl Sagan nos dejó como legado al decir: “La naturaleza es siempre más sutil, más compleja y más elegante de lo que somos capaces de imaginar”.

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